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Río, termas y naturaleza: un viaje a la calma en el corazón entrerriano

A veces no hace falta subirse a un avión ni hacer miles de kilómetros para desconectar. A poco más de 300 kilómetros de La Plata, Colón, en la provincia de Entre Ríos, ofrece algo que hoy parece un lujo: tiempo lento, río a la vista, naturaleza intacta y la hospitalidad de un pueblo que sabe cómo recibir.

Federico Echer, secretario de Turismo de la ciudad, lo resume de esta particular forma en diálogos con EmbarcaDos y enrutas.com.ar. “Uno llega a Colón y puede contemplar, caminar, mirar al río… y nada más. Que no es poco. Porque eso que parece simple, es encontrar la paz que todos necesitamos”.

Sociólogo de formación y apasionado por el desarrollo local, Federico aterrizó en el turismo casi sin planearlo. “Empecé siendo asesor del municipio, después coordiné la Fiesta Nacional de la Artesanía y terminé al frente de Turismo”, cuenta con una sonrisa.

Desde su rol, impulsa una gestión activa que busca romper con la estacionalidad y abrir Colón todo el año: “Nos aliamos con agencias de todo el país, armamos paquetes con descuentos, y logramos que Colón sea una opción incluso entre abril y diciembre, que eran meses más flojos”, detalla.

Uno de los ejes que más destaca es el turismo educativo. Colón no solo recibe estudiantes por diversión, sino también por conocimiento.

 “El Parque Nacional El Palmar es el epicentro. Los chicos aprenden sobre medioambiente, biodiversidad y sustentabilidad. Es un aula a cielo abierto”, asegura Federico. A eso se suman las islas, los paseos náuticos y las termas: una trilogía que encanta tanto a quienes viajan en grupo como a las familias que buscan un descanso distinto.

Pasaporte termal

Y si de termas hablamos, no se puede dejar pasar el Pasaporte Termal, una propuesta que une los complejos de Colón, San José y Villa Elisa con importantes descuentos.

 “Pagás la entrada general en uno, y tenés 50% en los otros dos. Es ideal para quienes quieren recorrer los tres en pocos días y cuidar el bolsillo”, explica el funcionario. Además, con ese pasaporte también se accede a promociones en gastronomía, masajes y otros servicios.

Pero Colón no se duerme solo entre árboles y playas. También hay vida cultural y noches activas. En las últimas semanas pasaron artistas como Pablo Picotto, El Pela Romero y Rodolfo Ranni.

 “La idea es que Colón no sea solo naturaleza. Queremos que también quien busque teatro, buena comida y propuestas nocturnas, lo encuentre acá”, dice Federico, orgulloso de una agenda que incluye shows, ferias y gastronomía con identidad, especialmente basada en productos del río.

Parque Nacional el Palmar

El Parque Nacional El Palmar, además de ser un pulmón verde único, ofrece experiencias de astroturismo, cicloturismo y avistaje de aves.

“Hay gente que viene solo con su binocular a buscar especies. Tenemos más de 300 aves registradas en la región”, cuenta Echer. Y para quienes buscan una noche mágica, las guías locales ofrecen caminatas bajo las estrellas donde el silencio se vuelve protagonista.

Lo más interesante, quizás, es esa dualidad que Colón ofrece sin esfuerzo: “Vivimos como pueblo, pero tenemos cosas de ciudad. Nuestros visitantes buscan servicios de calidad y tranquilidad al mismo tiempo. Y acá lo tienen todo”, dice el secretario. Un día podés estar pedaleando en un parque nacional y al siguiente, tomando un café después del teatro.

Colón invita. Con sus playas amplias, sus calles tranquilas y su gente amable. Invita a bajar dos cambios, a mirar el río, a redescubrir lo simple.

“Si creen en mi palabra, se van a divertir, a relajar, y a reencontrarse con ustedes mismos. Y si tienen dudas, nos escriben. En Turismo estamos para acompañarlos desde el primer mensaje hasta el último mate frente al río”, explica Federico, emocionado al hablar de su lugar.

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